Este delicioso postre suele reservarse para fiestas decembrinas. La mezcla de sus ingredientes suelen enamorar hasta al más escéptico. Todo dependerá del toque extra que le coloquen en cada hogar.
El origen de su receta se remonta a Argentina alrededor de 1865, cuando una colonia galesa arriba a lo que hoy en día se conoce como el Puerto Madryn. Los inmigrantes buscaban mantener su cultura y tradiciones; estableciéndose en un nuevo país y aprendiendo a cultivar las tierras patagónicas.
La torta negra era perfecta para almacenar y de larga duración; lo que facilitaba resolver un platillo que podrían compartir durante varios días. Los inicios fueron muy duros y tuvieron que sobrevivir con la falta de agua dulce. La receta pasó de generación en generación entre miembros de la familia, hasta distribuirse a otros países de Latinoamérica. Desde sus inicios fue pensada para celebraciones navideñas y matrimonios. En Venezuela, es un postre típico en Navidad, junto con el dulce de lechosa.
El secreto de esta receta es prepararla con anticipación, ya que las frutas deben macerarse en licor durante mucho tiempo antes de utilizarla en la torta. Este detalle es lo que la diferencia de otras parecidas porque le mucho más aroma y sabores exquisitos que, sin duda, evocan a la Navidad.