El origen de la Terrina se remonta a los banquetes del Imperio Romano, en los que se experimentaba con combinaciones de alimentos como queso, higos y castañas. Esta preparación ha ido evolucionando poco a poco de acuerdo con los gustos y variedad de alimentos de cada lugar.
Terrina, del francés “terrine”, es un recipiente de barro, de cerámica o de hierro esmaltado, dentro del cual se ponen alimentos para su cocción y conservación. Por costumbre se dio el nombre de terrina a la preparación que va en su interior.
Las terrinas tienen una amplia variedad de combinaciones. Comúnmente se elaboran a base de carnes mezcladas, pero también de pescado, mariscos e incluso verduras, como la terrina de brócoli y zanahoria. Se sirven como entrada fría, acompañadas de pepinillos, cebollas en vinagre, cerezas o bayas de uva en agridulce, a veces con una salsa para las terrinas de pescado o de verduras. También pueden servirse tibias.
El tratadista español “Apicius”, en un artículo especializado sobre Historia de la Gastronomía menciona escritos de historiadores que sostienen que esta práctica pudo haber sido ejecutada por los egipcios desde hace más de 2500 años.
La Terrina puede ir vuelta en láminas de tocineta, o de otros ingredientes, como por ejemplo, pescados ahumados. Suelen ser preparaciones de otoño, elaboradas con hongos, frutos secos (nueces, almendras), aromatizantes (tomillo, laurel, bayas de enebro), etc. Se cocinan tapadas en el horno, a baño María. Pueden ser considerados manjares un poco rústicos rústicos, pero, al mismo tiempo son consideras como platos de alta gastronomía, como la terrina de foie gras de oca. En la actualidad los chefs se inclinan por las terrinas de pescado y crustáceos. También existen terrinas de postre a base de frutas cuajadas en gelatina, que se sirven con crema líquida o una salsa de frutas.
La Terrina abarcan muchas clasificaciones dependiendo de las regiones de origen, de los ingredientes utilizados, incluso de los licores y especias que se han incorporado.