Calentar la nata en un cazo a fuego lento, no aconsejo que llegue a hervir mucho rato ya que es muy fácil que se nos pegue la mezcla y estropee por completo el sabor de nuestra tarta.
Removeremos sin parar la mezcla de manera constante, incorporar el azúcar con la nata líquida, mezclaremos con el queso, removeremos bien todos los ingredientes hasta mezclarlos, incorporar la gelatina ya hidratada que teníamos reservada y remover bien.
La gelatina en este caso se diluye sola por el calor, removeremos muy bien todos los ingredientes hasta su completa disolución una vez que la tarta se enfría la gelatina o grenetina cuaja la mezcla y solidifica nuestra tarta.