La salsa de tomate casera o Passata di Pomodoro, es una receta que nos traslada a la vieja Italia; de donde se presume nace la idea, a momentos familiares, largas cocinas en donde compartimos charlas y trabajo en conjunto. Todo un ritual patentado por el país europeo. Muchas abuelas han dejado su legado y han regalado ese toque secreto a sus descendientes, atravesando generaciones, sin perderse en el tiempo.
Se trata de un clásico de la comida italiana que no pasa de moda. Puede usarse en pastas, pizzas, panes y como acompañante para otros platillos. Por supuesto, su base son los tomates frescos o en lata y se utiliza la pulpa del mismo. La sal, el aceite de oliva y las hojas de albahaca son un elemento clave para alcanzar un sabor único e irresistible. Aunque todo dependerá de la receta que sigas y tu elección personal.

Las botellas para almacenar también son básicas en el proceso. Algunos las han sustituido por envases más pequeños pero, igualmente, de vidrio.

Los tomates se eligen minuciosamente, cuidando que ninguno arruine el resultado final; se lavan y se separan de los que no están aptos para el consumo.

Luego de terminar el proceso, es inaudito que la familia no se reúna alrededor de la mesa a comer una pasta con la salsa de tomate recién hecha. Para los italianos es esencial cuidar sus tradiciones y no permitir que sean olvidadas por sus hijos. Por esto, se han encargado de mantener esta receta a flote en diferentes partes del mundo. Hoy te traemos una versión muy especial y que terminarás amando. Luego de un par de intentos, ¡terminarás siendo un profesional! Toma nota y revive el recuerdo de tu nonna.