El pasticho o lasaña es de origen italiano. Sin embargo, es muy común alrededor del mundo. Los emigrantes que huían de la guerra se dieron a la tarea de atesorar sus tradiciones y conservarlas con el paso del tiempo. Por esto, en diferentes países podemos disfrutar de restaurantes italianos y de su diversa gastronomía. Se trata de un pastel de láminas de pasta, intercaladas con salsa boloña y salsa bechamel. Se cubre con queso parmesano y se lleva al horno.

Este platillo ha dado cabida a diferentes adaptaciones, según cada cultura y lugar de preparación. Tal es el caso del pasticho de plátano. Una combinación que, con tan solo olerla, hará agua tu boca. Se dice que es de origen puertorriqueño pero en sus fronteras es conocido con el nombre de “pastelón”. Sin duda, es una versión criolla e informal del conocido pasticho de carne. La diferencia radica, principalmente, en la pasta que es sustituida por láminas de plátano. Además, deben estar fritas previamente y no se hornean como en la receta original. Es importante que no estén demasiado verdes o maduros para obtener la consistencia ideal.
Algunos, comparan esta receta con la del pastel de Chucho, originario del oriente venezolano.

La mezcla de dulce y salado ha sido clave en la aceptación de esta receta. Además, es perfecto para quienes no desean consumir las altas calorías de la pasta y buscan otras opciones. De hecho, el plátano también puede ser a la plancha y dorarse sin aceite. Es perfecto para las reuniones familiares en donde queremos servir una delicia pero que alcance para todos y no sea demasiado laborioso. Atrévete a prepararlo y dale un gusto a tu familia. ¡Quedarán felices!