Se trata de una especialidad de la comida del Oriente Medio. Aunque se consume en diferentes países, su origen se atribuye al Líbano y es considerado platillo nacional. Siria, Israel e Irak también lo posicionan como su receta más famosa. Los israelíes lo han adoptado como plato propicio para celebrar la época de la pascua pero utilizan pan sin levadura.
Se compara con la albóndiga tradicional por la forma y textura. Sin embargo, sus ingredientes y preparación, es distinta. Las esencias, hierbas y especias son un elemento clave en este aperitivo. Esto debido a la importancia del relleno en el sabor final; puede usarse carne de cordero o res.
La mezcla se freirá hasta obtener un caparazón dorado y crujiente. Aunque también suele servirse crudo u horneado. De igual manera, la forma puede variar según las preferencias de cada cocinero y zona donde se sirva. En varios países han surgido variantes de la presentación original y se han adaptado a la cultura de cada uno. Tal es el caso de Brasil, Colombia y República Dominicana.
En el caso de México, se ha hecho popular su venta a través de comerciantes informales. Suelen añadirle chiles y naranja amarga. Bolivia, por otra parte, se ha válido de la receta para dar cabida a una muy peculiar que posee aceitunas y huevo. ¡Una combinación fuera de serie!
Pueden acompañarse de salsas y ensaladas, como entrada a otros platillos. Una joya traída a América por los árabes, perfecta para quienes quieren probar algo fuera de lo común y sentirse en tierras orientales. Todo un gusto para los paladares más exigentes.
Si deseas salir de la rutina y sorprender a tus invitados, no dudes en aventurarte con esta opción. ¡Todos querrán que les des el secreto!