El hojaldre se cree originario de Grecia y Roma, en donde tenían técnicas rudimentarias pero que aseguraban su preparación. Luego llegó a tierras árabes, hasta expandirse a toda Europa. Sin embargo, hay otras versiones, una coloca a los franceses como sus creadores, por un maestro pastelero que residía en Italia y consiguió la cantidad de pliegues para que fuesen, realmente, perfectos; mientras que otra, da el crédito a los españoles, al existir registros anteriores al siglo XVII en donde ya los consumían.

Actualmente, forma parte de la tradición de diferentes culturas. Es una masa crujiente, deliciosa y muy usada en recetas dulces y saladas, en pasteles y postres. Se emplea con mucha frecuencia en la cocina vasca. De hecho, cuentan con un postre típico que consta de hojas de hojaldre con crema pastelera. Es conocido como Panchineta.

La combinación de hojaldre con atún se remonta al período medieval. Aunque el atún en sí se conoce desde tiempos griegos y romanos, registrado desde sus inicios en el mar mediterráneo. El hojaldre bien doradito y relleno por un rico guisado de atún enamorará al más escéptico.

Si prefieres, puedes inclinarte por las empanadas, hojaldres redondos o cuadrados. Lo importante es que sigas la receta al pie de la letra. Procura que quede doradito y con mucho sabor. Realmente, no necesitas tantos ingredientes, entonces fíjate en emplearlos de la forma correcta y estar pendiente del tiempo en el horno. La técnica suele resultar completa pero debes fijarte en el amasado y el estirado. Si eres de las que prefieren la comodidad, puedes adquirirlas listas en los supermercados. Haz la prueba y luego nos cuentas cómo te fue.