Una de las más tradicionales ensaladas de la gastronomía italiana, su origen se ubica en la región de la Toscana, específicamente en Florencia. Hay datos y pruebas escritas de su existencia que se remontan al siglo XVI, donde la primera versión de la receta solo llevaba por ingredientes cebolla, aceite, vinagre y pan.
Luego se rastrea hasta el siglo XX, cuando se incorporan los tomates frescos, para darle un toque más veraniego. Al ser una fruta de la estación, es una de las ensaladas mas consumidas por los florentinos, y un plato imperdible si estas de visita por las vacaciones de verano.
Como toda buena receta con mucha historia y repartida entre las grandes familias italianas, se pueden encontrar muchas variaciones de la receta original, actualmente se le pueden agregar aceitunas negras o verdes para un toque de sabor distinto, además se pueden encontrar otras Panzanellas con vinagretas de anchoas para un sabor más fuerte y distinto al original.
Otras versiones aceptan queso mozzarella, huevos cocidos, pimientos, apio, zanahorias, zumo de limón y hierbas como albahaca o menta. Se puede acompañar de un buen vino tinto y ser un excelente aperitivo en cualquier reunión. Aunque existen tantas versiones, los cocineros tradicionales de Florencia no tienen buenas críticas para esas versiones que agregan ingredientes fuera de los básicos de la Panzanella.
Uno de los grandes secretos de esta ensalada y que nos lleva a sus orígenes humildes, es el uso del pan duro que pudo quedar de hace días y, para no perderlo, se usa en esta receta. Hay muchas formas de hacer buen uso del pan duro para crear excelentes platos, la Panzanella es un excelente ejemplo de esto.