Receta paso a paso bizcochos pantera rosa, caseros, sin aditivos.
Receta paso a paso bizcochos pantera rosa, caseros, sin aditivos.
Precalentamos el horno (eléctrico y sin aire) a 175ºC con calor arriba y abajo y colocamos la rejilla en la posición central del horno.
Engrasamos ligeramente el molde de silicona con una fina película de spray desmoldante o mantequilla derretida y reservamos.
Dividimos el azúcar en dos partes iguales y añadimos la ralladura de limón a una de ellas (reservamos al otra mitad). Seguidamente, con las yemas de los dedos friccionamos bien ambos ingredientes para que se liberen los aceites de la piel del limón y conseguir así un azúcar bien aromatizado. Reservamos.
A continuación, separamos las yemas de las claras (reservamos las yemas en un cuenco amplio) y montamos las claras junto con la sal en un cuenco mediano con ayuda de unas varillas. Empezaremos a velocidad media para evitar que salpiquen. Cuando empiecen a adquirir cierta consistencia y blanqueen, incrementamos la velocidad y agregamos la otra mitad del azúcar de manera gradual. Seguiremos batiendo hasta conseguir un merengue firme y brillante. Reservamos.
Con ayuda de las varillas, batimos ahora las yemas junto con el azúcar aromatizado (punto 3) hasta que la mezcla adquiera una consistencia densa y esponjosa y un color visiblemente más pálido.
Seguidamente, añadimos la leche, el aceite, el zumo de limón y el extracto de vainilla y mezclamos hasta combinar por completo.
Tamizamos ahora la harina junto con la levadura química y las incorporamos, también de forma gradual, a la mezcla anterior, mezclando suavemente con ayuda de una espátula de silicona o una cuchara de madera lo justo hasta obtener una mezcla más o menos uniforme.
Finalmente, añadimos ⅓ de las claras montadas que teníamos reservadas a la mezcla anterior para aligerar la masa y, empleando siempre movimientos envolventes con la espátula, iremos integrando el resto del merengue poco a poco hasta integrarlo por completo, pero sin excedernos al mezclar o perderíamos el volumen conseguido.
Seguidamente, rellenamos los huecos del molde hasta un poco más de la mitad de su capacidad con ayuda de un par de cucharas. Para asegurarnos de que la masa queda bien asentada y se ajusta bien a la forma de molde, daremos unos cuantos golpecitos contra la encimera; bastará con dejarlo caer sobre la encimera desde unos 10-15 cm de altura.
Horneamos durante unos 15-18 minutos hasta que crezcan y se hayan dorado ligeramente en la superficie. Para asegurarnos de que han llegado a su punto óptimo de horno, podemos introducir un palillo en el centro siempre que éste no tiemble al mover ligeramente el molde; si sale limpio de migas, nuestros bizcochitos ya están listos.
Retiramos del horno y dejamos enfriar dentro del molde durante unos 5 minutos antes de desmoldar (mermarán ligeramente una vez fuera del horno). Pasado este tiempo, desmoldamos los bizcochitos y dejamos enfriar por completo boca abajo (la cara lisa hacia abajo) sobre una rejilla.
Tamizamos el azúcar glas y reservamos.
En el cuenco de nuestra amasadora, equipada con el accesorio de pala, o un cuenco mediano con ayuda de unas varillas, batimos el queso cremoso lo justo hasta que quede suave y sin grumos, unos 3 minutos a velocidad media serán suficientes.
Incorporamos entonces el extracto de vainilla y el azúcar glas, éste último de manera gradual, y mezclamos a velocidad media hasta que quede todo bien combinado.
En caso de utilizar amasadora, cambiamos ahora la pala por las varillas y, sin dejar de batir, vamos añadiendo poco a poco la nata líquida incrementando la velocidad conforme avanzamos sólo hasta que ésta quede perfectamente montada (si nos excedemos batiendo, el calor generado arruinará la consistencia de nuestro relleno).
Una vez se hayan enfriado los bizcochitos, pasamos a rellenarlos con ayuda de una manga pastelera equipada con una boquilla especial para relleno. Introduciremos totalmente la punta de la boquilla por un extremo, la hacemos girar con cuidado para agrandar un poco la cavidad interior y presionamos la manga pastelera de manera uniforme al tiempo que la vamos extrayendo suavemente. A continuación, repetimos el proceso por el otro extremo, prestando siempre especial atención a la cantidad de presión empleada de forma que nuestros bizcochitos no acaben reventando.
En un bol apto para el microondas, derretimos los Candy Melts o el chocolate blanco junto con la manteca de cacao a media potencia e intervalos breves de tiempo para evitar que se nos queme, removiendo bien entre pausa y pausa.
Una vez listo, añadimos el colorante poco a poco y mezclamos hasta conseguir un color homogéneo y consigamos el tono deseado.
A continuación, empezamos a verterla sobre nuestros bizcochitos, colocados sobre una rejilla y ésta, a su vez, sobre una fuente o plato amplio para recoger el chocolate sobrante.
Para bañar los pastelitos pantera rosa (y otros dulces en general) el juego de rejilla y molde para bañar dulces de Wilton va fantástico
Si la cobertura hubiera quedado algo clara sobre los bizcochitos, podemos volver a bañarlos con el chocolate sobrante.
Dejamos enfriar sobre una rejilla hasta que la cobertura se solidifique por completo.
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