En esta oportunidad hablaremos de un diamante que procede de la dulcería antigua, un verdadero tesoro que entrelaza el sabor y aroma del agua de rosas o azahar con el hojaldre y los frutos secos.
El baklava, se trata de una receta que está bastante ligada a la historia gastronómica de Turquía y sus alrededores. Un infalible si visitas sus fronteras. Aunque sus inicios se relacionan con la zona de Oriente Medio (la vieja Mesopotamia). Por esto, se considera que tiene siglos de antigüedad. Sin embargo, tuvo influencia por diferentes países aledaños y terminó llegando a casi toda Europa.
En un principio, se consumía solo en la temporada de pascua y se empleaban cuarenta capas, haciendo referencia a los días de ayuno.
Hablamos de pasteles de hojaldre rellenos con frutos secos, almendras, pistachos, nueces, mezclados con azúcar, especies y miel. En definitiva, una mezcla de sabores que dejarán fascinado a cualquiera que lo pruebe.
Debes ser paciente porque aunque la receta es sencilla, los frutos pueden ser tediosos al momento de pelar (también puedes usar los que ya vienen procesados pero siempre tendrán un poco de residuos de la concha). Lo ideal es que queden los más verdes posibles y sin zonas oscuras.
Existen las variantes en las que se añaden ingredientes diferentes al de la receta original. Generalmente, se acompañan con una taza de café, luego de un plato fuerte.
Si quieres lucirte con tus familiares y salir de lo rutinario, esta opción es perfecta para ti. Además, se sirve en porciones pequeñas por lo que te alcanzará para grupos grandes. ¡No dejes de prepararla!